miércoles, 14 de diciembre de 2011

Montaje de el "Gran Pelicano " en plaza de Altos de Maneiro.Última obra sitio de Valentin Malaver. Un día antes del fatal accidente que nos privoó de seguir junto a nosotros.

*Pelicanos*

Vuelan en la orilla del mar

en equipo como de treinta van

en forma de "V" ellos vuelan

danzando y bailando

con sus alas al estirar

con sus bolsa en el pico

sólo para cargar

el rico pescado que el mar les da...

Y se zambullen

uno atrás del otro

dentro del mar

y se van a pescar

los suculentos peces

que el mar les da

para así alimentar

su majestuosidad...

Hermosos y blancos

en equipos van

se ayudan y se apoyan

para avanzar

de un destino a otro

los pelícanos van

al atardecer por allá...

Héctor Molina

domingo, 11 de diciembre de 2011

Dos poemas del amigo poeta Ramón Ordaz dedicados a Valentin Malaver

VALENTÍN MALAVER: PIEDRA DEL ARTE Y LA AMISTAD

 

                                                                               A Ofelia y Carmen Noria

 

Desde el fondo de sus profundos azules el mar va dejando melancólicas notas en el vasto horizonte; de las colinas del Guayamurí bajan incontables verdes batidos por un viento que rasga las arpas de los datileros; el férreo mediodía calienta y multiplica los puntos cardinales que pasan a medir fuerza por la veleta-pez de grisácea piedra que envía signos y señales desde la terraza del artista. Estamos en la Casa de Ofelia, donde el pétreo canto del pájaro se detiene, saca su alma perforada porque hemos sembrado en la explanada de Antolín del Campo a un hijo excepcional de Guarame: Valentín Malaver, esculpido su talento a fuerza de desentrañar los credos que vencen la muerte: los invisibles y misteriosos rostros de la piedra que su oficio trajo a la ronda de sus familiares para perennizarse. De intuición envidiable, de natural perspicacia, su nariz aguileña le confería afinidad con las aves de vuelo, de allí que su mirada poseyera el don de penetrar tanto las alturas del pájaro como buscar en la profundidad de la piedra la ternura para expresarlo. Fue el pelícano el pájaro de mar con el que más estrechó lazos su obra artística, gracias a él convertido en símbolo de la cultura cinematográfica del país; pero su arte espacial cinceló otras aves del entorno insular como la arisca chulinga o paraulata, cuyos gráciles movimientos atrapa en esculturas suyas. Sugeridas, insinuadas brotan de las piedras esas criaturas que alzaron el vuelo por virtud de sus mágicas manos. Sólo un poeta de su estirpe pudo materializar esas imágenes que iba descubriendo su talento de creador. Los ojos de los moriquites nos llegan suspendidos y distantes, como pidiéndole al espectador que complete su presencia y su vuelo para ese paso audaz de una canción nocturna y desconocida en la solariega estancia. El mar danza en la piedra, rueda con los resortes y aros que Malaver le construye a partir de calcáreas, coralinas, cumarebo, serpentinas, marmóreas y graníticas piedras que su fuerza paternal arrastró hasta su taller para mostrarlas luego como hijas prodigiosas. Subsistía Valentín por sus pelícanos, pero su batalla mayor estaba más allá, en el corazón del arte que sentía como una misión terrena. Quienes lo conocimos pudimos sentir y compartir esa pulsión vital de artista que le distinguía. Modesto, no alardeaba, sino que trabajaba, trabajaba; su ego se perdía bendecido por las figuras que traía a la superficie como minero, como excavador que busca objetos perdidos. No otra cosa que su ars escultórica fue lo que escribió en el editorial “Esculpiendo a Tropel de luces”: “La imagen va surgiendo en el oficio de esculpir, encontrando páginas desnudas mientras el cincel modela con fuerza el discurso vivo de la palabra, en un intento de expresar vivencias que habitan en la memoria  colectiva, transformándose en metáforas a través de un lenguaje que emerge de la piel desbastada. Mientras la roca se deja seducir aparece un poema que se expande por dentro, recorre su interior haciendo vibrar la materia, manteniendo el equilibrio, develando erotismo en sus hendiduras como semilla a punto de germinar.” Con claros conceptos, exponía la tenacidad de su oficio de escultor para compartirla con sus amigos escritores. Espacio y tiempo fundidos de manera ejemplar por ese “discurso vivo de la palabra”, por ese “poema que se expande por dentro”. Pero hay más, la seducción y el erotismo que pudimos apreciar en sus piedras pulidas de rugosas fisuras, santificadas por su arte como vulvas de presentida intimidad femenina que viene del mar. No se conformaba con su arte Valentín Malaver, quería que las otras expresiones artísticas dialogaran con la suya; utópico vanguardista, aspiraba integrar distintos eventos de las artes en una amistosa exposición que tendría como destino final la Casa de Ofelia, su casa y su taller. Incipientes quedaron sus proyectos de instrumentos musicales roturados en la piedra, así como sus vasijas culinarias moldeadas en cantos rodados, sus florales retoños en piedras mixtas y ensambladas que empezaba a exhibir su madurez de artista. Valentín no se ha ido; está allí con sus esculpidas piedras que ahora despiden  perfumes de inmortalidad.

 

                                                                                        Ramón Ordaz

                                                                                         Antolín del Campo, 04-10-11

 

 

 

 

 

 

 

 

VIENDO ESCULPIR A VALENTÍN MALAVER

 

                                                                        Yo nombro la piedra, yo nombro el sol

                                                                                                cuando ni la piedra ni el sol están presentes

                                                                                                a mis sentidos; no obstante, prontas y

                                                                                                serviciales en mi memoria están

                                                                                                sus imágenes.

                                                                                                            San Agustín

 

Nunca fue suficiente la Palabra.

            Dice y no dice.

Se pierde en los caminos,

                                    vive de acuerdos,

                                    de impromptus,

de raptos,

de memorias que no puede contener.

 

No es suficiente la Palabra,

su canto da con otro canto: La Piedra,

                                   

en su frío candor,

un silencio de estrellas que hiere el esmeril,

un nervio oscuro de animal marino,

un vuelo congelado de Ave Fénix.

                                   

En la inaudible poesía,

entra en el laberinto

                                    el pájaro o el pez que fue

huyendo del letargo.

La mandarria inclemente,

                                    tenaz,

                                    obsesiva

y subyugante sobre las firmes superficies,

ahogado su aliento entre el polvo de los siglos:

                                   

 

Jamás fue suficiente la Palabra.

 

El diálogo es conciso en este pétreo vuelo,

                                    menos perecedero,

                                    inmortal casi

cuando penetra,

desbasta lo que estaba tallado

                                    en una vegetación sin nombre,

                                    mineral,

mostrando esa otra piedra de su estirpe,

                        que vuelve inútil las palabras,

                                    cualquier corolario.

 

La Piedra dice.

El mar apaga todos los llantos.

 

NO ESTÁBAMOS  PREPARADO PARA ESTO

 

No estábamos preparados para ésta

ausencia de un amigo ,

inesperado vuelo del ángel o el pelícano,

                                    es lo mismo:

la misma sordidez de lo imprevisto,

las mismas telarañas que construye el olvido,

la misma roturada piedra para nadie,

en esta imponderable jugada de la muerte.

 

No estábamos preparados para esto.

                                   Saber que no hay más copas a tu lado,

no más vinos, no más quesos para la cofradía,

no más la frase irónica contra la mentira,

no más la infantil ebriedad que ve la musa doble

                                    cuando quiere olvidarla,

no más la perra vida que se emperra

en seguir siendo perra hasta en la muerte,

no más, Valentín, tus ocurrencias de poeta,

transido por el alma que extrajiste a las piedras,

esas tus criaturas emergidas del polvo que nunca más verás.

 

No estábamos preparados para este adiós de mierda,

perdona el expletivo -que no hay mala palabra-,

donde quiera que estés, te has librado

de esa nuestra esencia terrestre,

esa cargante putrefacta orden,

                                    de vivir al día,

                                    a la medida de las circunstancias,

                                    a ver cómo ajustamos cuentas,

                                    cómo no nos vamos al vacío,

para salvar el último grito de la piedra,

y así seguir en vilo,

                                    hasta el día siguiente,

                                    hasta la próxima piedra

                                    donde descansa la muerte.

 

Nunca fue suficiente la palabra.

No estábamos preparados para esto.

 

                                                                                    Ramón Ordaz.

 

 

 

lunes, 21 de noviembre de 2011

HOM ENAJE VALE NTÍN MALAV ER



Amigos artistas del escultor Valentín Malaver le rinden homenaje este domingo
   El domingo 27 de noviembre a las 11am en las instalaciones de la Universidad Corporativa Sigo (UCS), la música y las artes plásticas se unirán para –a dos meses de su partida física- rendir un homenaje al escultor margariteño, Valentín Malaver.

El evento contará con la actuación de CUATRETO Ensamble, agrupación constituida por reconocidos músicos de la talla de Jorge Glem (cuatro), Alberto “Cheché” Requena (clarinete), Leonard Jácome (arpa) y Rodner Padilla (bajo) quienes ofrecerán al público un espectáculo basado en la improvisación, sostenido en los distintos géneros de la música venezolana combinada con sonidos brasileros, de jazz, música de cámara, entre otros.

Asimismo, se dará apertura a la muestra colectiva “VALENTÍN: En la ruta de un sueño que estará constituida por obras de escultores (incluyendo al homenajeado), pintores y fotógrafos margariteños, tales como: Reina Rada, Cristóbal Carcone, Jesús Salvador Rodríguez, Carlos Cazorla, Oswaldo Gutiérrez, Ramón Moya, Wilman Guerra, Adolfo Golindano, Andrés Salazar, Miriam Peñaranda, Graciela Zúñiga, Iván Lira, Juan García, Juan Silva, Manuel Ricardo Pérez (Tucán).

                El valor de la entrada es Bs. 60 por persona y lo recabado será el primer aporte destinado a la creación de la Fundación Valentín Malaver, iniciativa que tiene como propósito trabajar por los sueños que este valioso escultor nativo de Guarame dejó inconclusos y que están orientados a impulsar, como un todo, las diferentes manifestaciones artísticas en el estado Nueva Esparta.  Estarán a la venta por los teléfonos: 04123585603 y 04123534763.

                Este evento se llevará a cabo gracias al valioso aporte de empresas privadas y del Estado, tales como Venetur Margarita, Sigo, Conferry, Laser, Centro Médico La Fe, Dibs, C.C. La Vela, Alcaldía de Mariño, Alta Cava, Caney de Felo y Byblos, y es una producción de María Fernanda Espinoza y el artista plástico, Adolfo Golindano.


Ma.Fernanda Espinoza P.
0412.3585603/@Maity85










domingo, 30 de octubre de 2011

En su memoria.

 

 

domingo, octubre 02, 2011

Artista: Valentín Malaver

JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO jesusmoralesruiz@gmail.com Tlf: 0416-7992002 / 0424-8423910

VALENTÍN MALAVER
Expresiones de Libertad.

El Poder de Las Formas.
“… Valentín Malaver se interesa por las tensiones del espacio, matriz de vacíos en los que reposan sus cuerpos arqueados, ahuecados, plegados, encorvados, extendidos, penetrados por otros.
Formas, más que en la materia, insertadas en el espacio-tiempo.
Descubrió que en las piedras no todo era estático. Que en poros y hendijas y entrañas, en apariencia inanimadas, se agitaban figuras desconocidas que era necesario ir desnudando y recomponiendo incesante, tenazmente: Cada protuberancia, cada contorno, sugerían aladas configuraciones: ¿cómo debieran comportarse las partes en el espacio?, ¿qué visiones nuevas han de despertar las curvaturas, los dobleces, los ángulos concertados y re-concertados, ¿qué alusiones táctiles y visuales pueden generar las superficies y las perspectivas?
Una constante en las esculturas de Valentín Malaver es la obsesión por las tensiones gravitaciones de la materia (posibles sólo en el arte tridimensional). De algún modo casi todas sus "piezas reflejan la contenida entre lo yacente (en trance de desprendimiento) y lo móvil (queriendo entrelazarse). Los diversos referentes de las formas, encadenadas o en constreñidas espirales, restablecen en sus ritmos (dados por simetrías y asimetrías naturales o intervenidas) las múltiples lecturas que el espectador puede establecer mientras camina a su alrededor. De un lado, la piedra viva, tal como el magma y la intemperie la dejaron; del otro, la piel tersa, pulida, trabajada una y otra vez sin tregua. En ella las formas la cimbran o la expanden, la aquietan o establecen sus pulsiones…”
GUSTAVO PEREIRA
(04-10-1999)

EXPRESIONES DE LIBERTAD.
Valentín Malaver nacíó el 14 de Febrero de 1968 en Guarame, Estado Nueva Esparta, y muere en un lamentable accidente automovilístico en Barcelona Edo. Anzoátegui, el 27 de Septiembre de 2011. Escultor, poeta y docente. Sus obras se fundamentan en la abstracción, donde la perspectiva hace que el espectador recorra la obra desde distintos ángulos para así apreciar la insinuación de las líneas convergentes y divergentes y dejar al desnudo la diversidad de texturas que se encuentran en las rocas.
Malaver a lo largo de su carrera obtuvo Premios y Reconocimientos entre los muchos obtenidos destacan: Primer Premio de Escultura, VIII Salón de Arte Fondene, Pampatar Edo. Nueva Esparta (1987); Primer Premio de Escultura y Premio a la Mejor Obra de Nueva Esparta, IX Salón de Arte Fondene, Pampatar Edo. Nueva Esparta (1998); Segundo Premio de Escultura, I Salón Municipal Casa Mariño, El Valle Edo. Nueva Esparta (1989); Primer Premio de Escultura II Salón Municipal Casa Mariño, El Valle Edo. Nueva Esparta (1990); Premio III Bienal Nacional de Artes Plásticas, Puerto La Cruz, Edo. Anzoátegui (1995); Primer Premio de Escultura, I Bienal de Jóvenes Artistas de Oriente, Galería Galpón, Porlamar Edo. Nueva Esparta (1995); Tercer Premio VII Bienal Nacional de Escultura Francisco Narváez, Porlamar Estado Nueva Esparta (1995); Premio II Bienal de Arte Fondene, Pampatar Edo. Nueva Esparta (1999); Premio V Bienal Nacional de Artes Plásticas, Puerto La Cruz Edo. Anzoátegui (2001); Premio Regional de Escultura, La Asunción Edo. Nueva Esparta (2002); Premio Viaje a París, otorgado por la Embajada de Francia, VIII Bienal Nacional de Escultura, Francisco Narváez, Porlamar Edo. Nueva Esparta (2005); Orden General de División José Antonio Anzoátegui en su Primera Clase (2008), entre otros.

SUS ORIGENES.
Fueron sus padres Don Aquilino Malaver, nacido en la Sabana de Guacuco, Margarita Nueva Esparta y dedicado a la agricultura y Doña Fructa Margarita Rosa de Malaver, quien nació en Guarame, Nueva Esparta, de oficios del hogar; de esa unión nacieron 12 hermanos, y tiene otros 6 hermanos de otra relación de su padre.
Valentín desde muy niño mantuvo una comunicación instintiva y visceral con las piedras, con el tiempo comenzó a estudiar las texturas y la naturaleza de las rocas de Margarita.
Se inscribe en Escuela de Artes Plásticas Pedro Ángel González de La Asunción, Estado Nueva Esparta, donde estudia Arte Puro (1985-1989). Viaja a Barcelona, Anzoátegui y trabaja en el Taller del Escultor Pedro Barreto (1991-1996), simultáneamente recibe orientación de la Artista Plástica Gladis Meneses, quien escribe: “Son múltiples y variados los caminos que escogen los artistas para expresarse. De primero, Valentín se aproxima al material para conocerlo, atacarlo, seducirlo, llevarlo hasta el límite de sus posibilidades, estableciendo una relación espacio-forma, aun a costa de volverla frágil la piedra como fue en etapa inicial de las formas móviles enlazadas unas a otras; que, luego darían paso a espirales, separándose y jugando armoniosamente con la solides de la piedra madre”.
El 3 de Febrero de 1996, contrae matrimonio con la Señora Angélica Ofelia García.
En el 2001 expone en el Consulado de Venezuela en Nueva York USA y visita sus principales museos.
En el 2005 realiza un estudio sobre los principales museos de la ciudad de Paris, Francia.
Fue Profesor de Escultura en la Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón,
durante el período 1998-2007.
Valentín Malaver realizo varias exposiciones individuales, entre las que se encuentran: Museo de Anzoátegui, Barcelona Estado Anzoátegui (2009); Fundación Casa de La Cultura Pueblo de la Mar, Porlamar Estado Nueva Esparta (2004); Galería Municipal de Arte Moderno, Puerto La Cruz, Edo. Anzoátegui (1996); Ateneo de Barcelona, Edo. Anzoátegui (1992); Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez, Porlamar Edo. Nueva Esparta (1990).

APROXIMACIÓN A SU OBRA.
Valentín Malaver al hablar de su obra dice: "El resultado final de la obra lo decide la piedra misma. Mi obra, siempre se ha caracterizado por ser una interpretación de la naturaleza, de mi entorno, de mi realidad. Discurso que continúo en mis esculturas más recientes, en ellas podemos observar: piedras vivas germinando, rocas capaces de retoñar y crecer como árboles que se niegan a morir, en un gesto que simboliza la esperanza de la vida futura en la madre tierra, actualmente amenazada, por el persistente deterioro de su medio ambiente. Siempre estoy indagando en las rocas: sus brillos, peso, dureza, texturas y colores”
“Conozco donde localizar las diferentes piedras existentes en la isla Margarita, hasta que un día voy a buscarlas y les digo llegó el día, y me las llevo a mi taller. La sensación de anchura y amplitud, cercanía y lejanía, altura y movimiento, equilibrio y permanencia, quietud y flotabilidad, es lo que yo busco, lo que quiero lograr en mi escultura”.
En el contacto con la piedra, Valentín era un maestro destacado, sintió una predilección por las aves (en especial por el Pelicano) y lo que representan para su espíritu, su arte y su cultura; convirtió una de sus obras “El Pelicano” en estatuilla que distingue a las películas y cineastas, que en sus distintos géneros son premiadas en el Festival Internacional del Cine Latinoamericano y Caribeño(2011). Valentín hasta el último día de su vida, trabajó con gran disciplina, pasión, ahínco y tenacidad, cada una de sus obras. Ha realizado obras de grandes dimensiones, las cuales están ubicadas en diversos espacios abiertos de la isla de Margarita. Valentín Malaver deja a las futuras generaciones de neoespartanos y venezolanos en general, un trabajo de carácter Universal, el cual puede ser apreciado en Instituciones y Museos del País, tales como: Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez, Edo. Nueva Esparta; Gobernación del Estado Nueva Esparta, Dirección de Cultura; Galería Municipal de Arte Moderno, Puerto La Cruz, Edo. Anzoátegui; Fondene, Pampatar, Edo. Nueva Esparta; Casa Santiago Mariño, El Valle, Edo. Nueva Esparta; Casa Simón Bolívar, La Habana, Cuba; Gobernación del Estado Anzoátegui; Museo Anzoátegui, Edo. Anzoátegui; Casa de la Cultura de Calabozo, Edo. Guárico; entre otros.

Jesús Morales Ruiz
Artista Plástico

Jesús Morales Ruiz

Exposición 50 años de La Escuela de Arte de La Asunción 2011. 50 artistas margarite!ños

Junto a Valentin Malaver en la exposición "50 años de la Escuela de Arte de
Margarita" 2011 , en el Museo Narváez y con la obra pop " Anillos en base
a latas de sodas y cervezas, y alambres" de la artista margariteña Irene
Osío que pasó a formar parte de la colección del Ing. William Ramírez M.

La casa-museo que soñó Valentín Malaver se hará realidad

 

 

 

 

http://www.ciudadccs.info/?p=225277

La casa-museo que soñó Valentín Malaver se hará realidad

 

26/10/11.- Hablar de Valentín Malaver representa dibujar una sonrisa al rostro de quienes lo acompañaron en su transitar por esta vida: la sencillez, el amor al arte, a las tradiciones venezolanas y margariteñas; el compañerismo, la lealtad y deseos de trabajar por la cultura, sin olvidar el humor y alegría que siempre manifestaba a cualquier hora y lugar fueron las características que relucían de este escultor oriental.

Sus sueños no quedarán sólo en quimeras, a pesar de que la noche del 27 de septiembre un accidente de tránsito le quitara la vida a este conocido escultor margariteño: una casa-museo o fundación llevará su nombre y se ubicará en el sector Guarame del estado Nueva Esparta, lugar donde residía con su esposa Ofelia García de Malaver.

Vecinos, familiares y amigos lo recuerdan con el mismo espíritu dinámico del artista, aunque las lágrimas logren invadirles al contar algún relato o anécdota por la nostalgia y la ausencia.

EL NOMBRE DE GUARAME EN ALTO

Miguel Rivera, vecino, compañero de estudios de primaria y “uña y carne” de Valentín Malaver, como se considera, recuerda al artista en su época de infancia: “Éramos unos limpios. Comprábamos tres sardinas, dos paquetes de soda y era un almuerzo especial. Buscábamos iguanas por el cerro y sacábamos guacucos del mar”.

Para Rivera, él era el auténtico margariteño que “echaba broma a cada rato” y le encantaba la música venezolana. “Era demasiado alegre y no podía ver una alpargata porque la compraba. Él decía siempre: ‘Si llevo zapatos me enredo’. Era demasiado sencillo, no se daba mala vida y cuando tallaba sus rocas no se encerraba, lo hacía al natural”.

Su casa en Guarame representa lo que era el cultor: allí se percibe poesía y arte desde la entrada de muro de piedras con una olla y cucharón que representan el timbre y una puerta de vieja madera, hasta el interior de su residencia donde se exhiben algunas de sus obras y frases de vida en cada esquina.

Elsy García, su cuñada, lo tiene presente como el Valentín alegre, humilde, optimista, familiar, pacífico y con ganas de ayudar a la gente: “Tenía muchos proyectos para la comunidad, los niños y los artistas porque sus ganas estaban en poner bien en alto el nombre de su pueblo. Era muy bello de espíritu y muy espontáneo con sus chistes. Recuerdo que siempre participaba en las fiestas de Cruz de Mayo de Lecherías (Anzoátegui)”.

MARGARITA: SU TERRUÑO

De los 17 años conociendo a Valentín, Ofelia estuvo 15 años casada con él. “Era muy comprensivo, alentador, con mucha fortaleza y optimismo. Siempre veía el lado positivo de las cosas cuando me sentía decaída. Su pueblo era su vida y siempre quiso integrar a la comunidad en sus talleres de arte”.

La vivienda donde residía con su esposa era su gran escultura, tanto que la fue construyendo poco a poco con sacrificios, como ella cuenta: “Fueron ocho años haciendo esta casa y todo es Valentín”.

Nunca tuvieron descendientes por cuestiones del destino, pero este creador margariteño siempre decía que no hacía falta porque ambos eran “el equilibrio de la naturaleza”. Y es que con Valentín eran 18 hermanos y por parte de ella eran nueve más, sin contar los numerosos sobrinos que les bastaba para vivir felices.

El folklore, las chelías, las cuerdas espartanas eran sus pasiones, pero no faltaba algún disco de tango, balada o rock para el que le visitara y tuviera otro gusto musical.

Sus amigos eran vecinos, amigos del pueblo, pero también conocidos personajes como Gustavo Pereira, Carmen Nova, el escritor Juan Silva, el escultor Oswaldo Gutiérrez (Docha), Gladys Meneses y Fruto Vivas, por nombrar algunos.

“Él dejó un legado: sus obras y sus amigos. Nunca pensó dejar Margarita porque era su terruño”, cuenta Ofelia.

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Trabajo con piedras

Luis Malaver era amigo de Valentín desde la infancia y se reencontraron en la adultez cuando se reunían entre artistas y escritores.

“Trabajó con granito pero siempre le gustaba más las piedras serpentinas. Ya había construido formas de picos de pájaros, fósiles, el pelícano y últimamente hacía formas de árboles y retoños. Aunque antes trabajaba con metales y madera, luego trabajó exclusivamente con piedras”.

Todos recuerdan la ilusión de Valentín Malaver de convertir su casa en un lugar de encuentro para artistas. De hecho, su esposa quiere hacer realidad su proyecto para mantenerlo vivo con talleres de arte, exposiciones y una sala permanente con sus obras.

En el Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño que se celebró en Margarita del 6 al 13 de octubre le rindieron homenaje a Valentín Malaver, ya que fue el creador de la estatuilla para los ganadores.

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Biografía mínima

> Valentín Malaver nació en Guarame, estado Nueva Esparta, en 1968.

> Entre 1985 y 1989 estudió Arte Puro en la Escuela de Artes Plásticas Pedro Ángel González en La Asunción.

> Desde 1991 hasta 1996 trabajó en el taller del escultor Pedro Barreto, en Lecherías, y recibió orientación de Gladis Meneses.

> En 1998 ingresó como profesor de Escultura en la Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón, en Barcelona, estado Anzoátegui, donde residió hasta 2007, cuando regresó a su pueblo natal para continuar su vida y hacer proyectos de arte para la comunidad y los artistas radicados en la isla.

> La noche del 27 de septiembre pasado perdió la vida en un accidente de tránsito a la altura de la entrada de Curataquiche, en la autopista José Antonio Anzoátegui de Barcelona.

 

ROCÍO CAZAL/CIUDAD CCS
FOTOS R. CAZAL

 

jueves, 27 de octubre de 2011

Gracias por ir a la misa por el descanso eteno de nuestro querido Valentin Malaver

Recordando a Valenti Malaver a un mes de su fallecimiento : "Simposium Internacional de Escultua en La Isla de Margarita"

 

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Recuerdos del SIEIM2007 donde Valentin malaver realizo su escultura : El Pelicano Femenino " que actualmente está ubicada en el Museo Vial en la avenida "Luisa Cáceres de Arismendi " , Isla de Margarita, Venezuela

Escultor Valentin Malaver trabajando en piedra granítica ( grade 8-9 ) conocida como "Serpentinita " su escultura para el SIEIM 2007 llamada "El Gran Pelicano " , granito disponible en la Isla de Margarita

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